"The only way to deal with an unfree world is to become so absolutely free that your very existence is an act of rebellion." - Vladimir Nabokov

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Título: La Vacilación de Hamlet y la Decisión de Shakespeare

Autor: Yves Bonnefoy

 

En La vacilación de Hamlet y la decisión de Shakespeare, el poeta y ensayista francés Yves Bonnefoy ofrece una reflexión profunda sobre el famoso monólogo de Hamlet y las tensiones que atraviesan tanto al príncipe danés como a su creador, William Shakespeare. Bonnefoy analiza cómo la vacilación de Hamlet frente a la acción refleja no solo los dilemas personales del personaje, sino también las inquietudes filosóficas que Shakespeare incorpora a través de su obra. En este ensayo, Bonnefoy explora el proceso de creación literaria y la manera en que el autor inglés aborda la pregunta central de la existencia humana: ¿actuar o no actuar?

A lo largo del texto, Bonnefoy se adentra en las complejidades de la tragedia shakesperiana, examinando las motivaciones y los conflictos internos de Hamlet en relación con las decisiones de Shakespeare como creador. A través de una mirada literaria y filosófica, el autor francés profundiza en la vacilación de Hamlet y en el desafío que supone para cualquier ser humano enfrentarse a la indecisión y la parálisis ante situaciones que exigen una respuesta.

Contratapa:

Todavía oímos en el final de Hamlet un demasiado tarde, que parece tener sentido para cualquier existencia moderna.

Y por lo tanto, tenemos que preguntarnos ahora si ese demasiado tarde es en verdad la constatación última de la obra, esa abundancia de significaciones cuyo trasfondo sería solamente la afirmación del sinsentido, desesperante.

Una cuestión inquietante sobre la más radical de las reflexiones de Shakespeare, y que en todo caso hace comprender por qué Hamlet produjo tanta fascinación, y cada vez más a medida que la exterioridad de los fenómenos de la materia se vuelve, en suma, la sofocación de las esperanzas ingenuas. ¿Cómo no mirarse en un espejo que se presiente verídico?

Shakespeare domina nuestro pensamiento porque ese pensamiento se alarma. Pero acaso ¿no aporta más que provisiones para el espanto? En esa tragedia del querer ser, fallido, ¿es cierto que las ambigüedades de la significación sólo se completan sin dar lugar a una expectativa de sentido? No lo pienso así. Creo que puedo comprobar que Hamlet es a fin de cuentas mucho más. Advierto una nueva dimensión, subyacente a todas las otras, en esa meditación que, antes de ser el texto que tenemos, fue una escritura en devenir y lo sigue siendo.

Y. B.