El Atentado De Sarajevo

Descripción

Título: El atentado de Sarajevo

Autor: Georges Perec

El atentado de Sarajevo de Georges Perec es una novela breve que juega con las posibilidades de la narración histórica y la memoria colectiva, abordando el asesinato de Francisco Fernando en 1914, un evento que desencadenó la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, en lugar de centrarse en los aspectos históricos convencionales, Perec adopta un enfoque narrativo único, explorando las circunstancias, las sensaciones y las experiencias de los personajes involucrados, además de la forma en que los eventos son interpretados y reconstruidos por la memoria y la narrativa.

A lo largo del libro, Perec presenta una serie de situaciones aparentemente desconectadas, en las que el atentado de Sarajevo se convierte en un punto de partida para reflexionar sobre los mecanismos de la historia, el azar y el destino. La obra se caracteriza por su estilo experimental, característico del autor, quien se propone cuestionar la manera en que construimos nuestras narrativas sobre el pasado. El atentado de Sarajevo no es solo una reflexión sobre los hechos históricos, sino también sobre la naturaleza de la narrativa y el modo en que las grandes tragedias se inscriben en la memoria colectiva.

Este libro, que desafía las convenciones de la narrativa histórica tradicional, es ideal para lectores interesados en la obra de Perec y en enfoques innovadores sobre la historia y la memoria.

Contratapa:

Una historia de los años cincuenta... ¿Cómo lo es El atentado de Sarajevo? Lo esencial de las actividades del narrador y del grupo de yugoslavos que frecuenta en París y después en Belgrado es el deambular por la ciudad entre bares y guaridas de “amigos”, esperas sin demasiados objetivos, con muchos cigarrillos y tiempos muertos. Y bastante alcohol. En esta novela se bajan grandes cantidades de rakis y de slivoritz. “Yo” es, a menudo, un hombre que duerme, tratando de engañar a su soledad que lo lleva a sus largas sentadas en los bares (“Incapaz de comprender lo que se decía a mi alrededor, por lo tanto sordo, y mudo, ¡y encima triste!”).

Muchos lectores se han deleitado en trepar o anidar en las múltiples ramas del árbol Perec. He aquí una de sus raíces. Se hunde lejos –y en sustratos que Perec no siguió removiendo después. Pero se ve muy bien la savia  que ha podido enviar hacia el ramaje que conocemos.

 Claude Burgelin